StormRise
Pocos pueden dudar del buen hacer de The Creative Assembly en el campo de la estrategia, pues está claro que hay un importante historial de títulos de éxito que les respalda, como la saga Total War. Eso sí, como mandan los cánones, se han mantenido completamente fieles al ratón y teclado de los ordenadores, hasta este Stormrise, que es todo un debut en consolas… sin olvidarse del PC, claro.
Como hemos visto en el todavía reciente Halo Wars parece que las desarrolladoras han apostado por dar un giro a la estrategia a la hora de lanzar sus apuestas en consola, en vez de intentar adaptar la jugabilidad más tradicional de los ordenadores a los mandos, lo que nunca ha dado buenos resultados… salvo cuando la versión consolera nos permitía usar ratón. Y de esos hay pocos, la verdad. De esta manera, en muy poco tiempo, recibimos dos apuestas completamente frescas en la estrategia para consolas, la de Ensemble (sólo en Xbox 360) y ésta para PlayStation 3, Xbox 360 y, también, PC.
Se nota que el foco estaba puesto en centrarse en conseguir una experiencia de juego diferente, y hasta cierto punto alejada de las convenciones del género, quizás con la intención de resultar atractivo para quienes sean más habituales de la acción. Lo que es indiscutible es que su sistema de control es inédito, una apuesta completamente nueva orientada a aprovechar la configuración de doble palanca analógica de los mandos de las consolas, y eso se combina con una cámara mucho más cercana a la acción (puede optarse por una de corte mucho más tradicional), quizás más en la línea de títulos de acción en tercera persona, como los Battlefront, que los clásicos de la estrategia.
El problema radica en que el control es muy poco intuitivo, lo que dificulta entrar en materia y aporta una curva de dificultad algo extraña, ya que realmente puede ser un poco costoso dominar el control propuesto. No es malo; de hecho es una buena idea, pero quizás le haya faltado un poco de maduración para encontrar un punto más equilibrado, tanto en el mismo control como en el desarrollo jugable. La sensación es que el juego parece necesitar algo más tiempo para pulir estos rasgos.
Pero vayamos por partes. Una de las características más destacadas radica en el cambio de la cámara, que es un importante giro, al no ofrecernos la clásica visión general del campo de batalla, sino que nos acerca al meollo de la lucha situándose cerca del batallón que estemos comandando. Así, la cámara se centra siempre en el grupo de tropas en concreto que queramos controlar, pudiendo cambiar de grupo con la palanca analógica derecha.
Cuando estamos con una unidad, con la palanca izquierda movemos un cursor por la pantalla, y podemos usarlo para marcar a dónde nos queremos mover, e incluso realizar algunas acciones, etc., aunque hay que recordar que nuestras tropas tienen la capacidad de atacar automáticamente a los enemigos en su zona: el combate es muy automático. La cosa está en que el sistema para pasar al punto de vista de otra unidad debemos usar lo que denominan un sistema radial, que consiste en ir girando con la palanca derecha una suerte de haz de luz, teniendo que saltar de una a otra. Es tan raro como suena, y definitivamente poco o nada intuitivo. Uno se va a acostumbrando, sí, pero no resulta natural del todo.
Además, también hay que tener en cuenta que es conveniente intentar aprovechar las diferentes alturas de los niveles. Si una unidad está en una posición superior, nos dará una vista de águila de la zona, lo que puede facilitar mucho el desarrollo del combate. Eso puede resultar muy práctico, sobre todo, si no acabamos de hacernos con el sistema radial, que definitivamente exige algo de práctica. En algunos sentidos es intuitivo, y se ve apoyado por la presencia de iconos que señalan la posición relativa de las demás unidades, e incluso es rápido cambiar de un grupo de soldados a otro, pero no nos ha convencido del todo. Pese a todo, hay que reconocer que el sistema es ingenioso, y una buena solución para alternar de manera más o menos práctica entre las unidades desestimada la perspectiva aérea.